miércoles, 18 de marzo de 2015

ZAPATERO,...... A TUS ZAPATOS.


              No sé a vosotr@s, pero a mí me produce cierta   "grima"   ver los últimos anuncios de Matías Prats, dicho con todo el respeto.  Y me  "chirría"  ver a Manuel Pimentel  como protagonista de un anuncio sobre muebles (también con todos mis respetos).
 
                 Y es que, en ambos casos ver a estas personas fuera del contexto por el que las reconozco  "no me pega"; creo que están como pez fuera del agua.
 
 
 
               
                 En el  ámbito laboral, también podemos ver muchos  "peces fuera del agua", bien porque no han sabido hacia dónde nadaban, bien porque les hemos obligado a nadar hacia dónde no debíamos.  Me explico:
 
                                A) En las reestructuraciones de plantilla, hemos cargado a algunas personas con trabajos de los que nada sabían. Normalmente,  hemos actuado de hoy para ayer, y las prisas son malas consejeras. No hemos sido capaces de llevar a cabo el proceso de forma reflexiva y nos hemos encontrado con más trabajo que personas para hacerlo.
                               L@s afectad@s se encuentran con que tienen que realizar muy bien lo que ya hacían y, además asumir, funciones nuevas para las que nadie les ha preparado.  Al final y a largo o medio plazo, no harán nada lo suficientemente bien, no  solucionarán el problema de la empresa y acabarán quemad@s.
 
 
                               B) Las polivalencias.  Estamos permanentemente hablando de que necesitamos profesionales especializados en un campo concreto, pero que  -además-  que conozcan el negocio de arriba a abajo para actuar en entornos colaborativos. 
                               Vale. Genial.  Pero  ¿estamos formando a es@s profesionales para que sean capaces de reunir todo lo que le pedimos o nos limitamos a formular un deseo?.
 
 
                               C) Superhéroes y superheroínas.  Me refiero a esas personas que creen que pueden hacer de  todo, que están capacitadas para todo,  se  les pida o no, bien porque no se conocen bien a ellas mismas, bien porque tienen un exceso de autoconfianza.                            
                               Puede parecer que ambos casos son uno sólo,  pero no. En el primer supuesto,  quizás yo no conozca mis debilidades porque nadie me ha puesto a prueba jamás; se han limitado a hacerme desarrollar siempre lo mismo, así que soy la campeona en lo mío.  Pero ¿seré capaz de hacer algo más?. 
                               En el segundo, puede que yo me sienta superwoman porque nadie me ha parado los pies nunca,  ni me dicho aquello de  "prueba no superada", simplemente me han dejado actuar porque no creaba excesivos problemas. Pero  ¿de verdad que mis errores son tan veniales siempre?;  ¿sólo importan los errores con consecuencias económicas?.
                               Para corregir estas posibles desviaciones,  en ambos casos, es necesario realizar un buen estudio de competencias y capacidades y que los resultados del mismo se discutan con cada persona evaluada para saber hasta dónde pueden llegar, cuáles son los errores que cometen, que más pueden hacer,.......
 
 
                A modo de conclusión, creo que es necesario que:
                                - todos los procesos de cambio en la estructura empresarial deben ir acompañados de un período de reflexión y análisis,  que  se realicen de forma pausada y meditada, sopesando pros y contras y buscando un objetivo a largo y medio plazo;
                               - las evaluaciones del personal  -cualquiera que sea el sistema usado-  deben tener carácter periódico y su objetivo debe referirse al  desempeño actual  y, sobre todo, a la proyección futura del evaluado o la evaluada;
                               - los  resultados de esas evaluaciones    deben discutirse con la persona a la que se refieren;  ¡¡¡nada de secretos¡¡¡. Sólo así  conoceremos y conocerán sus verdaderas capacidades y competencias.