jueves, 21 de febrero de 2013

EL EMPODERAMIENTO DE LA CALLE.


Empoderamiento o apoderamiento, se refiere al   “proceso por el cual las personas aumentan la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y las comunidades para impulsar cambios positivos de las situaciones en que viven. Generalmente implica el desarrollo en el beneficiario de una confianza en sus propias capacidades”. (Wikipedia).
                También se define como   “proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven”.  (Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo).

                En ambas definiciones destacan una serie de ideas básicas (Aumento de fortalezas, capacidades y autoconfianza; Protagonismo de los individuos y colectivos; Creación de una nueva conciencia; Movilización hacia la participación) y una doble dimensión (la individual: las personas elevan sus niveles de confianza, autoestima y capacidad para responder a sus propias necesidades; y la colectiva: las personas  tienen más capacidad de participar y defender sus derechos cuando se unen con unos objetivos comunes).

El empoderamiento social no es algo nuevo de este año. Lo que sí representa una gran novedad es la fuerza que está alcanzando y las distintas facetas en las que se está manifestando. Los ciudadanos estamos tomando conciencia de nuestros derechos, capacidades e intereses individuales y de los de las personas que nos rodean (el grupo).  Igualmente somos conscientes de que hoy, más que nunca,  “la unión hace la fuerza”,  porque mi círculo más próximo quiere lo mismo que yo y juntos tenemos más poder.
Así, se convocan movilizaciones en defensa de derechos, se hacen vigilias o concentraciones ante las instituciones oficiales, se ejerce el derecho a la iniciativa legislativa popular, se crean redes o plataformas de solidaridad, hay colectivos profesionales que  (ante determinadas situaciones) ejercen una opción de  “rebeldía”……
tecno elementos acogida logoEsta corriente está llegando a las instituciones públicas más cercanas al ciudadano (los Ayuntamientos), que  -quizás por esa cercanía-  están asumiendo un rol más  “social” (iniciativas contra desahucios, abono de servicios cuya titularidad no es suya,….).
En este movimiento tienen un peso específico (como no) las redes sociales y su  “apropiación” por la ciudadanía. Pero en el contexto del empoderamiento ciudadano estas redes no son exclusivamente una plataforma cómoda y rápida de convocatoria. Son algo más, son un instrumento que otorga poder al ciudadano porque:

-          Permiten identificar y reconocer a mis iguales, a quienes quieren lo mismo que yo;
-          Son una nueva fuente de información, más espontánea y rápida y en la que el ciudadano puede tener una participación directa, creando y/o difundiendo   (información viral).
-          Facilitan un pensamiento y conexión globales y permitiendo elegir el nivel de localización deseado.
-          Reflejan ideas provenientes de  “sujetos multisectoriales”  (personas de distintos sectores, ideología, nivel, cultura,.....).

Con todo esto, se está creando el llamado   “QUINTO PODER”:  frente a los tres poderes definidos por Montesquieu (ejecutivo, legislativo y judicial) y el cuarto (los medios de comunicación),  la ciudadanía se posiciona y reivindica su poder a través de Internet.
La Asociación Media Watch Global Observatorio Internacional de Medios de Comunicación) afirma que éste será el siglo en el que la comunicación y la información pertenecerán finalmente a todos los ciudadanos. Y no olvidemos que ambas cosas equivalen a tener poder.
En 2006, la revista Time eligió como  "hombre del año" a un ordenador cuya pantalla está ocupada por un espejo que refleja el rostro del lector y la palabra YOU. Esclarecedor ¿verdad?

Lo que no cabe duda es que hemos creado una situación que no debe perderse, que no debe dejarse morir al calor de una  (esperada) recuperación socioeconómica. Y cuando ésta llegue, puede redireccionarse a muchísimos objetivos globales o locales.