lunes, 8 de abril de 2013

EL PELIGRO DE COSIFICAR.


            Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, cosificar es: 1. convertir algo en cosa; 2.Reducir a la condición de cosa aquello que no lo es.

            Simplificando mucho, en el ámbito del derecho penal, se dice que el delincuente tiende a cosificar a sus víctimas en un intento de quitarles la identidad como seres humanos, pretendiendo así que sus crímenes sean menos reprochables a su propia conciencia o sensación de culpa.

            En el ámbito político-económico, se dice que las actuales grandes políticas socio-económicas que implican recortes o menoscabos de derechos suponen cosificar a los ciudadanos, puesto que se establecen en función de intereses de Estado sin tener en cuenta los efectos concretos sobre las personas.

           
¿Qué ocurre hoy en nuestras empresas?. ¿También estamos cosificando a los trabajadores?. En mi opinión, cada vez que se adoptan medidas en materia de políticas de personal cuyo único objetivo es mantener  -por encima de todo- el balance económico de la entidad, estamos dando pasos hacia esa cosificación.

            Cuando decimos que en tal puesto sobra un empleado, estamos quitándole su identidad como persona y lo estamos convirtiendo en un mero instrumento o factor de producción; lo estamos considerando como una máquina más.

            Cuando nos proponemos internacionalizar la empresa y optamos por desplazar a nuestr@s emplead@s sin tener en cuenta sus cargas familiares, preferencias, necesidades,….. y nos limitamos a decir que  “eso es lo que hay”, estamos cosificando, sin duda alguna, a nuestro personal.

            Cuando entrevistamos a personas  -en su condición de candidatos a un puesto-  y les ofrecemos unas condiciones casi indignas, les estamos robando toda su identidad humana, transformándolos en meros elementos productivos.

            ¿Y qué estamos haciendo sino cosificar, cuando preferimos a un candidato con una determinada edad o un determinado aspecto físico, por encima de su experiencia, capacidades, aptitudes….?. Los convertimos en objetos, en productos o imágenes de nuestra organización.

            Hace un tiempo, escribí un artículo sobre   "LAS SIETE ENFERMEDADES MORTALES DE UNA EMPRESA", basado en las teorías de W.E. Deming.


Con toda la modestia del mundo y sin ánimo de corregir al profesor Deming, creo que dicho artículo habría que modificarlo y añadir esta nueva enfermedad de la COSIFICACIÓN. Y ello, por cuanto cosificar supone acabar con el único elemento absolutamente necesario de cualquier empresa: su personal.
Cuando tus trabajadores están y se sienten cosificados, se convertirán en meros cumplidores de sus funciones para obtener su contraprestación a final de mes. Estarán en tu empresa hasta que puedan irse a otra en la que le den una contraprestación mayor por el mismo trabajo (o por menos, si puede ser). 

zombies siluetasEstarán contigo hasta que encuentren un acomodo que consideren mejor por factores salariales, de prestación del servicio o de CONSIDERACIÓN PERSONAL O PROFESIONAL. En resumen: te seguirán mientras no haya nada mejor, porque los estás convirtiendo en zombis o en mercenarios.

PERO NO LES PIDAS NADA MÁS. No te quejes si no los encuentras para quedarse 10 minutos un día para suplir a un compañero o para echarle una mano. No les pidas que sacrifiquen una parte de su ocio para finalizar un proyecto (mucho menos cuando no es parte estrictamente de sus funciones).

NO LES PIDAS que se alineen con tus objetivos de empresa, porque no los sentirán como propios. No pretendas que asuman una corresponsabilidad para sacar la empresa adelante, porque no se sentirán parte integrante del proyecto.

Y EN EL MEJOR DE LOS CASOS, L@S TENDRÁS PERO TEN POR SEGURO QUE CORRES UN SERIO RIESGO DE PERDERL@S INMEDIATAMENTE.

¿TE LO PUEDES PERMITIR?.


           



           

6 comentarios:

  1. Myriam, magnifica descripción de la actuación de determinadas empresas en favor de obtener unos excelentes resultados y en contra de conservar y cuidar su capital humano.

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  2. Magnifica descripción de la situación actual. Lo he sufrido en mis carnes que despues de muchisimos años dandolo casi todo por la segunda familia, en algunos casos anteponiendo a la primera, se nos ha tratado como números con el resultado de la salida de grandes profesionales y/o la perdida de ilusión.
    Jesús

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  3. Así es Jesús: ese es el resultado del proceso de cosificación. Al igual que el criminal cosifica a su víctima para intentar minimizar su crimen, cuando la empresa nos cosifica nos convierte en un mero número.

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  4. En los casos que se cosifica a los empleados, podríamos decir que las empresas podrían ser más competitivas (no es problema del personal que sea incompetente, ni poco trabajador). El problema está en que valoran más los resultados económicos que la parte emocional de sus colaboradores.

    ¿Podemos decir que los españoles (en buena parte) son trabajadores, dependiendo del trato que tengan?

    Esto cambia un poco la visión que se tiene de los españoles a mi entender y responsabiliza más a la parte empresarial que en un principio es la víctima de los resultados de sus empleados.

    Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

    Myriam, gracias por compartirlo.

    Saludos

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  5. Josep: Muchas gracias por tu interés y por tu feedback.
    Si se cosifica a los trabajadores en aras de la cuenta de resultados, además de los riesgos que describo, puede suponer que la Empresa se convierta en "la más rica del cementerio": peor imagen como empleadora, mayor conflictividad laboral, mayor número de sanciones administrativas por incumplimientode la normativa,.... Y todos estos factores influirán, a mayor o menor plazo, en los resultados.
    El trabajador (español o no) segurirá prestando sus servicios hasta que encuentre algo mejor; con ello, aumentamos las rotaciones, gastos de formación, perdida de talento, ...... Y cuando el temporal amaine ¿qué trabajadores permanecerán y/o qué trabajadores elegirán esa empresa frente a otras?.

    Los resultados de cualquier empresa no sólo dependen de sus trabajadores. También depende - y mucho- de las políticas que adopte la dirección: tú puedes tener los mejores trabajadores, los más fieles; pero si tu forma de gestionar la empresa no es la adecuada,.......

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